Luego de 9 años de incertidumbres y dudas, a mediodía del miércoles 07 de junio se define no sólo uno de los juicios más importantes en materia de aguas en nuestro país, sino el futuro del Valle de Copiapó.
Es que después de 5 instancias de conciliación, hoy las partes se reunirán en La Corte Suprema para definir si se aceptan definitivamente los términos del acuerdo.
En febrero pasado, el presidente de la Tercera Sala de la Corte Suprema, Ministro Sergio Muñoz, solicitó establecer las bases para buscar una salida concertada al conflicto. Fue así como se llevaron a cabo dos asambleas para que los regantes del valle de Copiapó establecieran el marco para negociar, teniendo en cuenta la responsabilidad de la JVRC como organización de usuarios, la sustentabilidad de la cuenca y el respeto a los derechos ya constituidos.
Fin de un ciclo
“Estamos cerrando un proceso, esperando estar en comunidad, porque el río Manflas es un afluente del Río Copiapó, como lo es Pulido y Jorquera. Me hubiese gustado que fuera mucho más corto, que se hubiese resuelto en el primer juzgado de letras, que en su oportunidad hubiese fallado en consecuencia, y a conciencia. Lo que va hacer la Corte Suprema con la propuesta de conciliación es llegar a un acuerdo intermedio, que no son los 300 l/s. Así ganamos nosotros y por otro lado también ganan ellos como Hacienda”, señaló Lina Arrieta, ex Directora del VII Distrito y actual presidenta de APECO.
El origen del conflicto se produjo cuando Agrícola Hacienda Manflas, luego de vender sus pozos, inició el proceso de regularización de aguas superficiales, para el riego de 250 hectáreas de cultivos de uva de exportación.
Según el rol de regantes de la JVRC, Hacienda Manflas tiene 144 acciones, las que equivalen a un caudal de 4.2 litros por segundo, lo que dista de los 300 litros por segundo que pretenden regularizan.
Desde el año 1875, los Derechos de Aguas Superficiales han estado sometidos a turno.
Propuesta de Acuerdo
Teniendo en cuenta la realidad del Valle de Copiapó, un territorio expuesto constantemente a una situación extrema debido al sobreotorgamiento de derechos de Aguas y a la escasez hídrica, los regantes adscritos a la JVRC decidieron proponer un punto intermedio entre las exigencias de ambas partes.
De esta forma, en lo medular lo propuesto considera:
– Constituir una servidumbre de tránsito, de carácter gratuito y perpetuo, en beneficio de la Junta de Vigilancia del Río Copiapó y sus Afluentes, a fin de que sus funcionarios o las personas que la junta designe, puedan acceder de forma cómoda, expedita y sin trabas al predio propiedad de Agrícola Hacienda Manflas, con el sólo propósito de controlar el punto de extracción.
– Determinación del caudal a regularizar de 125 litros por segundo, lo que se sumará a 5 l/s, equivalentes a las 144 acciones que posee Hacienda Manflas.
– Las partes reconocen que la Sociedad Agrícola Hacienda Manflas Limitada es titular de un derecho de aprovechamiento de aguas superficiales y corrientes, de carácter consuntivo, de ejercicio permanente, que corresponden a 144 acciones, con 1/5 de río cada 14 días, tal como lo establece Ordenanza de Policía Fluvial y de Irrigación para el Valle de Copiapó del año 1875 y los Estatutos vigentes de la Junta de Vigilancia del Río Copiapó y sus Afluentes.
– La extracción del caudal será controlado a través de aforadores tipo Parshall y sistema de medición de telemetría que transmita en línea sus mediciones.
– Sociedad Agrícola Hacienda manflas Limitada deberá pagar por concepto de deuda de cuotas a la JVRC la suma de cincuenta millones de pesos.
“Los regantes socios de la JVRC han querido llegar a un acuerdo considerando no solo su realidad como dueños de derechos de aprovechamiento de agua, sino como parte fundamental del futuro de nuestro valle. Ellos saben que está en juego la supervivencia económica y ambiental de la cuenca y por eso han buscado un equilibrio real y sustentable” señaló Juan Carlos González, Secretario del Directorio y Asesor Legal de la JVRC.
Si Agrícola Hacienda Manflas acepta los términos establecidos por los más de mil regantes que componen la organización de usuarios de aguas, finalizaría uno de los capítulos más controvertidos en la historia de nuestro Valle. De lo contrario, será la Corte Suprema, quien decidirá la suerte de regantes, agricultores y hortaliceros que sortean a diario las dificultades que impone vivir en el desierto más árido del mundo.