Hoy se compartió en la Revista del Campo del diario el Mercurio la siguiente nota Radiografías a las cuencas de Copiapó a Ñuble donde nos hablo el Gerente de la Junta de Vigilancia del Río Copiapó Juan Carlos González, la importancia de una urgente modernización estructural al Embalse Lautaro.
En Copiapó la situación es crítica. La disminución de las lluvias y de nieve en la cordillera es casi permanente, lo que además a impactado en la recarga natural de acuíferos. Así la zona vive desde hace ya años un déficit estructural.
«Gran parte del caudal que llega al valle se infiltra en el Embalse Lautaro y tramo y medio aguas abajo del embalse, lo que significa que no se puede gestionar ni distribuir de forma controlada. Actualmente se estima que más de 15 millones de metros cúbicos al año no se pueden gestionar y no pueden aprovecharse para el riego u otros usos», explicó Juan Carlos González gerente de la JVRC.
Es debido a esta situación que desde la Junta de Vigilancia afirman que necesitan contar con una seguridad hídrica para reducir al máximo las perdidas por el poco control que se tiene de esas aguas.
«Para eso es fundamental contar con infraestructura de acumulación y regulación, como el Embalse Lautaro. Si tuviéramos la capacidad de almacenar y regular esa agua que hoy se infiltra podríamos disponer de volúmenes significativo durante la temporada de mayor demanda asegurando el riego agrícola y el abastecimiento a otros usos» dice González.
También es clave modernizar los canales y avanzar en la tecnificación para usar cada litro de manera más eficiente. Asimismo, el principal desafío es adaptarse a la variabilidad climática que debido a la sequía que provoca, presenta menos disponibilidad de agua.»Necesitamos optimizar el recurso, mejorar la eficiencia, reducir perdidas y construir obras de infraestructura que permitan acumular y regular el agua, disminuyendo la dependencia de eventos climático. En definitiva se trata de pasar de un sistema dependiente de la disponibilidad natural a uno gestionado técnicamente, que nos permita enfrentar la sequía y sostener la vida y la producción del valle».