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30-05-2025
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Recarga de acuíferos: la estrategia subterránea que busca mitigar la sequía en Chile

Con más de 15 años de déficit hídrico, Chile enfrenta una de las sequías más extensas de su historia reciente. Las fuentes superficiales disminuyen y el uso intensivo de aguas subterráneas ha sobrecargado acuíferos claves para el abastecimiento humano, agrícola e industrial. En regiones del norte, estas aguas representan más del 70% del suministro.

En este escenario, una antigua estrategia vuelve a tomar fuerza, la recarga artificial de acuíferos. ¿En qué consiste esta técnica y por qué se considera clave para enfrentar la escasez?

“La zona centro-norte se encuentra en una situación crítica, con acuíferos en estado de riesgo y un agotamiento estructural continuo”, explica Felipe Garrido, especialista en hidráulica aplicada, hidrogeología y evaluación de recursos hídricos.

¿Qué es la recarga artificial de acuíferos?

Frente al escenario actual, la recarga artificial de acuíferos vuelve a tomar relevancia. La técnica consiste en replicar o acelerar el proceso natural de infiltración del agua al subsuelo, permitiendo la recuperación de napas sobreexplotadas.

“El agua proveniente de la lluvia, ríos o canales se infiltra en el subsuelo gracias a la estructura porosa del suelo, que actúa como un gran estanque natural”, explica José Luis Fuentes, del Departamento de Estudios de la Sociedad del Canal de Maipo.

El principio es simple: redirigir el agua hacia zonas permeables, ya sea por medio de canales, zanjas de infiltración o estructuras diseñadas para ello, evitando así su pérdida por escurrimiento superficial.

Aguas subterráneas y su rol en el abastecimiento nacional

Las aguas subterráneas aportan cerca del 40% del abastecimiento total del país. Su uso ha sido clave para compensar la falta de lluvias, pero la presión constante ha deteriorado acuíferos que tardan años —o incluso décadas— en recuperarse.

La recarga artificial permite, en ciertos casos, usar infraestructura preexistente para conducir y filtrar el agua antes de su infiltración. Esto mejora su calidad y facilita su trazabilidad.

Aunque técnicamente viable, la recarga enfrenta un obstáculo mayor: la excesiva tramitación. A pesar del respaldo técnico y científico, muchos proyectos quedan estancados en etapas administrativas.

El enfoque sobre las aguas subterráneas está cambiando. Más que una fuente de extracción, son vistas hoy como reservas que pueden —y deben— regenerarse. La recarga artificial se presenta como una herramienta relevante en esa transición, especialmente en un contexto de emergencia climática.

Fuente: Diario Financiero