Comportamiento Embalse Lautaro (Altura)

21 11 2024
Altura Embalse (m)13,52

Operación del Embalse Lautaro

El Embalse Lautaro, es la única obra de regulación, contención y control que poseen  la Comunas de Copiapó y Tierra Amarilla; la operación de esta obra de riego y el volumen de agua que se acopia, no obedece a meras decisiones relacionadas exclusivamente con el uso del agua;  este tipo de obras, construidas por el Estado y  traspasadas para su administración y operación  a los privados,  en este caso, a la Junta de Vigilancia del Río Copiapó y Sus Afluentes,  siguen estando bajo  el alero del Gobierno, quien es el encargado en ultima instancia de velar por el bienestar  y la seguridad de la comunidad. La Ley 20.304 del “MINISTERIO DE OBRAS PÚBLICAS, sobre OPERACIÓN DE EMBALSES FRENTE A ALERTAS Y EMERGENCIAS DE CRECIDAS Y OTRAS MEDIDAS”, y el Decreto 138 que aprueba el Reglamento del mismo cuerpo normativo, regula la operación de embalses frente a alertas y emergencias de crecidas.

La junta de Vigilancia ha puesto en práctica el cumplimiento de la normativa; durante los dos últimos aluviones ocurridos los años 2015 y 2017, gracias a un manejo responsable y a una interpretación amplia de la normativa, ha operado el Embalse Lautaro como una verdadera obra de control, con volúmenes de amortiguación, conteniendo grandes caudales y laminando el flujo del agua para evitar causar daños a la vida, salud y bienes de la población (ver procedimiento). Los embalses, no solos son obras destinadas a acumular y regular las aguas superficiales de quienes poseen derechos de aprovechamiento, sino que, además, son obras que permiten proteger a la ciudadanía en caso de crecidas o caudales de gran envergadura.

De acuerdo con el Reglamento de operación de Embalses, se entiende por volumen requerido de amortiguación (VRA): el volumen que, de acuerdo con el hidrograma esperado, mínimo y máximo, y a la capacidad de vaciamiento del embalse de control, permite minimizar el caudal de vaciamiento y el volumen total de vaciamiento por sobre el caudal Umbral.

Si se consideran los eventos del año 2015 y 2017; sumado el limitado caudal máximo de descarga que el embalse Lautaro posee; y otros factores como el caudal Peak de ingreso; y principalmente el estado actual de la caja del río Copiapó, como resultado, obtendremos que el volumen requerido de amortiguación es trabajar con el Embalse a un 80% de su máxima capacidad, mientras exista un estado de alerta por crecidas emitido por la autoridad, Dirección General de Aguas. Mantener una altura límite de 22,40 metros aproximados y a una cota 1.137 m.s.n.m., significa que el volumen teórico de amortiguación debe ser de 5.200.000 [m3], criterio concordante con la “EVALUACIÓN CUALITATIVA CONDICIÓN GEOTÉCNICA EMBALSE LAUTARO”, (CMGI-2017-NT-230-DOH-0074-03). Nota Técnica preparada para Dirección de Obras Hidráulicas (DOH), realizado en MAYO 2017, la que en su parte pertinente indica en su capítulo 6.- RESUMEN, CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES, lo siguiente:

“De acuerdo con todos los antecedentes recopilados es posible señalar que el Embalse Lautaro presenta un alto nivel de filtraciones cuando en nivel de agua se aproxima al máximo, pero dado que a la fecha esta condición de llenado ha sido por periodos cortos de tiempo, su estabilidad no se ha visto afectada. No obstante, es imperativo realizar las correcciones necesarias a la brevedad, pues de estar el embalse lleno por periodos de tiempo prolongado, las altas filtraciones observadas podrían generar un escenario significativamente negativo para la estabilidad física del muro. Como medida de mitigación inmediata es posible reducir el nivel de aguas embalsadas. De acuerdo con la información disponible, el umbral de aumento abrupto de filtraciones se produciría cuando dicho nivel de agua supera la cota 1130 m.s.n.m. En consecuencia, de optarse por esta medida, se recomienda bajar el nivel de agua embalsada hasta dicha cota (1130 m.s.n.m.).”

El escenario para el valle de Copiapó es aún más complejo, desde el aluvión del año 2015, la caja del río Copiapó, en tramos donde se intercepto con las quebradas del Calqui; San Antonio  y Los Loros, entre otras, el río perdió la capacidad de porteo, esto implica, que acorde a los caudales que podrían aportar los deshielos u eventos del o invierno altiplánico, y en el caso de que estos pasen directamente a través del rebalse del Embalse, (ver informe emitido por pronósticos de caudales estivales) aumentarían los riesgos y con ello las probabilidades de desbordes; la destrucción de estructuras de derivación “patas de cabra”; una mayor erosión en la caja del río y, un aumento en la turbiedad y arrastre de material en las aguas, el que finalmente provocaría el tapado de los goteros para riego y la obstrucción de los canales de los regantes del sector alto del Valle.

Un caudal descontrolado en estos meses de verano solo provocaría que los agricultores, socios, y dueños de derechos de aprovechamiento de aguas superficiales no puedan tener acceso al vital recurso. La JVRC, su gerencia y Directorio, mes a mes, día a día, se mantienen en alerta y con una constante planificación profesional, para que todos los socios puedan tener acceso a sus dotaciones de agua conforme a derecho, seguir regando y produciendo, velando por la seguridad de todos y en cumplimiento de la normativa vigente.

Esperando que lo expuesto, pueda resolver sus aprensiones, le saluda afectuosamente;

 

Cristian González Álamos

Gerente General JVRC