*(Artículo publicado en Diario Chañarcillo)
Ante autoridades, empresarios y ciudadanos el jueves presenté la exposición «Proyecto Tranque Lautaro 2.0: Impacto e Innovación aplicada en Valle del Río Copiapó», que fue parte del Seminario Emprendimiento e Innovación para Atacama.
La presentación se enmarcó en el desarrollo del primer Foro Regional de Desarrollo de la Región de Atacama, FOREDE, organizado por CORPROA.
En dicha instancia, di a conocer cómo el proyecto permite una nueva forma de gestionar las aguas, provocando una cadena de impactos positivos para la cuenca, los regantes, la industria, el medio ambiente y la sociedad civil, potenciando nuestro territorio.
Tristemente, año a año, los cálculos ratifican que las malas condiciones en la base del Embalse Lautaro producen más del 50% del agua no pueda ser gestionada de forma eficiente. Una aberración considerando la crisis hídrica que nos afecta desde ya casi 20 años, debido a la sobreexplotación del acuífero y las exiguas lluvias registradas.
Si el Lautaro estuviese en buenas condiciones se hubiese llenado durante los primeros tres meses del año y el Río Copiapó fluiría a lo largo del valle. Pero como nuestro embalse se parece más a un colador que a una represa, hemos perdido una vez más esta oportunidad de darle un respiro a nuestra cuenca.
Actualmente, la Junta de Vigilancia del Río Copiapó y sus Afluentes, organización encargada de administrar y distribuir las aguas del Río Copiapó y sus tributarios, analiza las vías para concretar el financiamiento del proyecto Lautaro 2.0, un reservorio formado por pretiles de baja altura que se ubica dentro de la actual cubeta del Embalse Lautaro con una capacidad de 12 millones m³ y completamente revestido con una membrana de HDPE de 1,5 mm. El costo preliminar alcanza los 34 millones de dólares.
De esta forma, se asegura un manejo eficiente en la gestión de las aguas superficiales permitiendo además una recarga natural y artificial mediante la escorrentía del Río Copiapó y el riego hacia los distintos sectores del acuífero. La idea es favorecer una coexistencia entre los sectores agrícola, minero, sanitario, social y medioambiental.
El 01 de diciembre, el Directorio de la JVRC conocerá por parte de la consultoría del estudio de pre factibilidad técnica que llevó a cabo Minera Lumina Copper Chile, Caserones, para seguir avanzando en la materia.
Desde los años 80, la Cuenca del Copiapó ha sido bondadosa y generosa, otorgando riqueza, trabajo y un explosivo crecimiento económico para el valle. Muchas empresas agroindustriales y mineras han nacido y crecido en este bendito territorio, sin embargo, han descuidado el impacto medioambiental y social de su producción. Ejemplo de aquello es la desaparición de las vertientes, la proliferación de las aguas en bidones y nuestro río completamente seco, haciendo de nuestra ciudad un lugar poco amigable para vivir y proyectarse.
La gran certeza es que se requiere un cambio profundo, especialmente, de las futuras generaciones que merecen vivir en un lugar con mejor calidad de vida.
Para esto se requiere un compromiso financiero real de las empresas privadas como parte de responsabilidad social con los habitantes de Copiapó, pero también se necesita la gestión rápida del sector público para priorizar este proyecto y agilizar su concreción.
Si el valle de Copiapó no cuenta con un Embalse que cumpla su finalidad como obras encargada de regular y acopiar el agua, que nos permita hacer un manejo adecuado del recurso hídrico, no solo estamos perdiendo la posibilidad de gestionar de manera eficiente el recurso hídrico, afectando a todo el territorio. También estamos dejando pasar la oportunidad de mejorar la calidad de vida de nuestra gente y de garantizar el futuro de Atacama.
Cristian González Álamos
Gerente General
Junta de Vigilancia del Río Copiapó y sus Afluentes