** No es común en la naturaleza, pero en cordilleras como la de nuestra región, la sublimación es un fenómeno que –según estimaciones- incluso podría provocar que el 80% de la nieve caída nunca se transforma en agua. Un proceso que resulta interesante conocer, especialmente cuando se aproxima el invierno y las nevazones.
La creencia popular dice que siempre que hay nieve en cordillera, a futuro tendremos agua corriendo por los ríos. Pero en nuestra región, la nieve no siempre se transforma en agua. Y es que las altas temperaturas, el viento y las condiciones ambientales provocan que pase directamente desde el estado sólido al gaseoso. En cordilleras como la nuestra, se cree que este proceso es mucho más común. Por esta razón, expertos de la Universidad de Chile están desarrollando un proyecto para establecer cuál es la cantidad de nieve que, simplemente, se evapora.
“Determinación de Aportes Hídricos por escorrentía y pérdidas por sublimación de nieves, en la cuenca del Río Copiapó” es una investigación clave para zonas como la nuestra, donde la crisis hídrica es constante y resulta trascendental determinar el desarrollo de este tipo de fenómenos.
¿Qué es la sublimación?
En términos simples, si calentamos un cubo de hielo, al descongelarse pasará de estado sólido a líquido. Si aplicamos más calor, el líquido comenzará a evaporarse, es decir, se trasformará en gas. Sin embargo, si a ese cubito de hielo le aplicamos gran cantidad de energía, pasará de hielo a vapor. Este proceso recibe el nombre de sublimación.
De la existencia de nieve y glaciares, en el fondo, es de lo que nos abastecemos no solo para el riego agrícola, sino también para todas las actividades de la región. Investigando se ha determinado que las condiciones climáticas de la alta montaña de nuestra región provocan que, en gran medida, la nieve no se derrita.
Estimaciones de la Universidad de Atacama han determinado que la sublimación incluso podría alcanzar a un 80%.
La investigación
El propósito del proyecto es la elaboración de un modelo de balance hídrico que permita determinar el caudal de agua que aporta el derretimiento de nieve, disminuyendo la incertidumbre que existe al respecto.
“Nuestro objetivo es poder estimar las pérdidas de nieve por este fenómeno de sublimación y, a su vez, generar un modelo hidrológico que recoja esas pérdidas, de manera que –en este caso la Junta de Vigilancia- tenga una herramienta que permita decir: bueno, dada esta situación de nieve, esto es lo que podemos esperar que ocurra. Hoy día, no sabemos cuánta nieve se pierde”, precisó Rodrigo Fuster, Académico del Departamento de Ciencias Ambientales y Recursos Naturales de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile, quien está a cargo del proyecto.
A partir de esas cuanti¬ficaciones se podrá determinar cuál es la disponibilidad real de agua. Y es precisamente este tipo de información, la que permitirá mejorar las estrategias y planes de manejo hídrico en nuestro valle. Un aporte concreto al mejoramiento de la gestión.
El estudio es parte del Fondo de Fomento al Desarrollo Cientí¬fico y Tecnológico, Fondef y se desarrolla con el apoyo de la Junta de Vigilancia del Río Copiapó y sus Afluentes, Seremi de Agricultura de Atacama y SCM Lumina Copper Chile Caserones.
Avances
Las labores comenzaron en septiembre de 2014, pero la naturaleza ha jugado varias malas pasadas. Como en marzo de 2015, cuando los aluviones impidieron al equipo instalar la estación meteorológica, clave en para el proyecto.
Finalmente, en diciembre pasado se instaló en cordillera la estructura tecnológica de última generación, que permitirá medir con mayor precisión el comportamiento de las precipitaciones en el sector.
“El modelo de balance hídrico se fue desarrollando y tenemos las primeras estimaciones puntuales en el espacio, es decir, como si se modelara un punto dentro de la cuenca muy cercano a donde está instalada la estación que permite ir simulando cuál sería la respuesta hidrológica luego de una nevazón, cuánta agua se pierde por sublimación. Ese hito está cumplido, al igual que la estimación de la cobertura nival histórica, donde se analizaron 15 años de información diaria de cobertura de nieve en la cuenca de cabecera del Río Copiapó y las respuestas hidrológicas en el río, de manera de encontrar relaciones entre la cobertura nivosa y la respuesta hidrológica”, explicó Fuster.
“El modelo puntual -que es un modelo matemático y hay que entender que como buen modelo es una aproximación de la realidad- habla que en un punto, si las precipitaciones son muy bajas y la cobertura de nieve no es muy abundante, prácticamente toda la nieve se pierde como sublimación, dadas las condiciones técnicas de temperatura. Pero eso es un modelo, la gracia de tener la estación instalada es que nosotros podamos medir y no estimar qué es lo que pasa con la nieve”, precisó el experto.
Se espera que durante este período, la estación meteorológica registre las precipitaciones para que esos datos contribuyan al estudio del comportamiento de la nieve en nuestra zona. De esta forma, permitirán pasar desde la teoría a la obtención de un dato real, que ayude a todos los regantes del Valle de Copiapó a hacer un uso eficiente del recurso hídrico.
Primeros Hallazgos |
• Según las primeras aproximaciones, el equipo ha determinado que frente una gran disminución de la cobertura de nieve no se evidencia un aumento “inmediato” de caudal superficial en las cuencas de los ríos Jorquera y Pulido. • La alta variabilidad temporal de la nieve impide que las curvas de agotamiento construidas para las cuencas de los ríos Jorquera y Pulido puedan ser utilizadas como modelos de pronósticos. • De acuerdo con las modelaciones preliminares, con nevadas del orden de 50 mm el efecto de sublimación es trascendental por sobre el derretimiento. • La modelación del balance hídrico preliminar debe ser perfeccionada con la utilización de los datos generados por la estación meteorológica avanzada instalada en diciembre de 2015 |