A pesar de algunas dificultades ajenas a la organización, el directorio con alegría dio cuenta que la temporada de mayor riego (es decir cuando riegan los productores de uvas, los hortaliceros y los agricultores que se dedican a la producción de fruta de temporada) se pudo sacar adelante desde septiembre pasado a la fecha, con un mínimo de seguridad, dada la condición del embalse Lautaro.
Hoy, ya inicia un nuevo año, la temperatura desciende paulatinamente y con ello una nueva responsabilidad para tratar de que los regantes sigan regando, pero a la vez, pensando en los próximos meses ante la incertidumbre de no contar con aguas embalsadas.
Es por ello, que históricamente desde hace ya más de 40 años, el Directorio de la Junta de Vigilancia, sanciono iniciar la disminución paulatina en el reparto, fijando un caudal base de cálculo de 120 [l/s], el cual podrá ir modificándose conforme avance la nueva estación, y estando vigilantes de las condiciones de escorrentía.
Es importante resaltar la importancia de que las Comunidades de Aguas también vallan ajustando los repartos internos, y realicen una correcta gestión de reparto.