*Los usuarios de agua quieren ser positivos, pero la catástrofe del año pasado aún pesa. Muchos siguen batallando con el barro que dejaron los aluviones, otros buscan financiamiento para sacar adelante sus cultivos, mientras que todos los habitantes de la cuenca deben lidiar con el mal ciclo económico que durante el nuevo período se intensificará no sólo aquí, sino que también a nivel mundial. Y aunque tienen incertidumbre, algo está muy claro: el 2016 les va a exigir mucho trabajo. A continuación, su mirada acerca de lo que visualizan para este período.
Sergio Fuentes, Pequeño Agricultor
“Es difícil proyectar nuestra actividad cuando en este momento tenemos un grave problema: las condiciones en que quedaron las tierras después del aluvión. Yo fui el primer afectado de la quebrada de Paipote, la tierra quedó sembrada de piedras y lodo, en algunas partes llegó hasta 1 metro 10 cms. Las condiciones de siembra no se parecen a la realidad antigua, tenía un aprovechamiento de casi el 100% de los productos, en estos momentos la producción ha bajado y, sin exagerar, hasta un 60%. En algunos huertos caseros del Pueblo de San Fernando prácticamente se está perdiendo la vegetación, en la parte que yo postulé a la CNR los olivos se me secaron, porque ahí tienen más o menos 70 cms de lodo y limpiar eso signi_ca sobre 10 millones de pesos. Hemos recibido ayuda de INDAP. Por ahora, el mayor desafío es trabajar más, tener una buena perspectiva y mirar el futuro. Ser positivo es lo único que queda”.
Jaime Andrade, Gerente de Asuntos Externos y Comunicaciones SCM Caserones
“Durante 2015 enfrentamos distintas dificultades, incluyendo el impacto de la emergencia climática de marzo, que imposibilitaron el cumplimiento de nuestro cronograma de puesta a régimen de Caserones. Esto se tradujo en que recién en el último trimestre alcanzamos la capacidad nominal de procesamiento, centrando nuestros esfuerzos en lograr la estabilización de los procesos. En cambio, este 2016 será nuestro año de producción normal con un global de 180 mil toneladas de cobre en cátodos y concentrado, además de 2.600 toneladas de molibdeno. El agua resulta ser un recurso esencial para la habitabilidad de la región y de cualquier actividad económica, sea esta minera, agrícola u otra. En nuestro caso, requerimos de 518 litros por segundo de agua para los procesos de Caserones, nivel de consumo que recién este 2016 alcanzaremos una vez que estabilicemos nuestros procesos para la producción requerida. Por lo tanto, conscientes de la realidad del valle de Copiapó, hemos trabajado desde 2006 en el tema hídrico con las organizaciones de base, para la recuperación de agua para la cuenca y contribuir en su sostenibilidad hídrica”.
Alberto Carrizo, Presidente Comunidad de Regantes Cancha de Carrera
“Por lo que se ve en terreno, no tenemos muchas expectativas para este año. En mi sector, somos predios chicos, 29 regantes que no vivimos de la agricultura pero sí tenemos nuestros huertitos, nuestros arbolitos, que ayudan mucho porque son un pulmón verde que tenemos en el pueblo. Hace mucha falta el agua en este sector, aparte que ya era poca, y ahora que no llega desde el aluvión se ha puesto crítica la situación, se han secado muchos árboles, muchos frutales. Hay harto que hacer, tenemos problemas con la tubería que está tapada, la gente ha construido sobre los tubos porque se sentían seguros del trabajo que se había hecho y ahora hay que ver la forma de destaparlas o hacer un canal alternativo para poder tener acceso al agua, que es lo que necesitamos”.
Lina Arrieta, Presidenta APECO
“El 2016 va a ser un año difícil. El 2015 fue tremendo, pero sentimos optimismo porque las lluvias y la caída de nieve, permiten disponer de agua para esta temporada, sin mayores problemas. En este período, algo que nos ayuda mucho es el valor del dólar pues, aun disminuyendo la producción, al final de temporada podríamos llegar a una cifra de exportación parecida a la que tuvimos en el período 2014-2015. Eso es algo favorable. Sin embargo, vamos a tener una pérdida del volumen de cajas exportadas, por la pérdida en el hectareaje de viñedos por efecto de los aluviones y a causa de la nieve, sobre todo, en el sector alto. Los más optimistas piensan que será un 10% menos de producción, pero si pasamos el umbral de las 10 millones de cajas, nos vamos a sentir contentos porque en la temporada última salieron 11 millones 200 mil cajas. Por otro lado, recuperar los suelos, es el desafío para el 2016, porque mientras se pueda recuperar la cantidad de hectáreas perdidas también se está pensando en un impacto social muy importante: la generación de mayor cantidad de trabajo para mucha gente de nuestra región, de otras zonas y extranjeros que llegan a trabajar a nuestro valle. Frente a este panorama tenemos una gran certeza: el agricultor es aguerrido, gente de mucho ñeque, llevamos el campo en el corazón y vamos a luchar hasta el final para que el campo no se muera. Un agricultor nunca se rinde. Siempre se vuelve a levantar”.