*Labores se realizaron en Torre y Sala de Válvulas
Durante esta semana se llevaron a cabo las últimas labores para optimizar las condiciones de seguridad en los accesos al Embalse y en su Sala de Válvulas. Y una de las etapas clave fueron las pruebas de presión a las que se sometió la válvula de chorro hueco.
“Vamos a tener una presión normal de trabajo de aproximadamente 15 metros, metro columna de agua. Nosotros hicimos a prueba con 40 bares, que eso es equivalente a 400 metros de altura, que es una monstruosidad. Y aunque esa prueba no era necesaria, la hicimos para comprobar la firmeza con la que quedó y para irnos con la tranquilidad de que quedó bien. Hicimos esa prueba que fue absolutamente innecesaria y grosera porque es imposible que llegue a esa presión”, explicó Patricio Cabrera, gerente general de Maquisa, la empresa a cargo de las labores.
La necesidad de mejoramiento se hizo evidente luego de que -mientras se realizaban las labores de rehabilitación del Embalse, producto del barro que inundó la sala de válvulas- se efectuara una evaluación general del sistema. En esa ocasión, se realizó una medición de espesor de los pernos de cada válvula, mediante técnica de ultrasonido con instrumentos de última generación, procedimiento mediante el cual no fue posible determinar el verdadero espesor de cada perno.
Por esta razón, se llevó a cabo el retiro y reemplazo de pernos de las válvulas, utilizando una prensa mecánica para evitar que la presión rompiera la estructura debido a la debilidad de las piezas.
De no haberse realizado esta intervención, los pernos y tuercas que unían los cuerpos de las válvulas podrían haber colapsado a causa de la fatiga de material producida por el avanzado estado de corrosión que presentaban. En ese escenario, la válvula afectada se habría partido en dos, descargando bruscamente la totalidad de agua embalsada y sin ninguna posibilidad de control.
Ante esta posibilidad, el Directorio de la JVRC decidió de forma preventiva realizar los trabajos, para evitar posibles daños a la población.
El costo del proyecto alcanzó los 109 millones de pesos y fue financiado a través del Anexo convenio de cooperación existente entre la JVRC y SCM Lumina Copper Chile, Caserones.
Seguridad
Debido a la antigüedad de toda la estructura, lo más urgente fue corregir el riesgo que podría representar la fatiga de los materiales -tanto de la torre como de las válvulas-. Por ello, se crearon las condiciones básicas de seguridad, garantizando la entrega de agua oportuna y en la proporción exacta a todos los regantes.
Dentro de los trabajos que se ejecutaron en los 30 metros de torre se consideró la fabricación de escalas metálicas con jaula de protección, para el reemplazo de las escalas de madera que databan de los años 20.
En paralelo, se instaló luminaria el interior de la torre, poniendo énfasis en la sala de válvulas, ya que este aloja todo el mecanismo de accionamiento. Allí se instaló un circuito de alimentación eléctrica en cable sumergible, con cajas repartidoras herméticas, protección térmica independiente, faros de iluminación LED, además de la iluminación del tramo inicial del túnel de descarga.
Además, se entregará un banco de procedimientos de mantención y de operación con la información técnica necesaria para el adiestramiento del personal y correcto manejo del embalse.
“Para la Junta de Vigilancia del Río Copiapó y sus Afluentes es de suma importancia mejorar toda la red de distribución de aguas, ya que todas estas obras permiten ir mejorando poco a poco la eficiencia hídrica de toda la cuenca”, sentenció Cristian Cortés, Jefe del Área Técnica de la JVRC.
Con estas mejoras, se espera la vida útil del sistema operativo del embalse se amplíe por 20 años. Lo que, sin duda, otorgará tranquilidad a la población y a todos los regantes del Valle de Copiapó.